viernes, 14 de noviembre de 2008

Nala...


Tú me enseñaste:
Que cuando hay amor no hay culpa...
Que el amor puro es un sentimiento animal y no racional…
Que siempre puedo un poquito más de lo que yo creo que puedo…
Que tus ojitos, tus orejitas, tu morrito de gorilita, y tu colita, estaban aquí para emocionarnos…

Tú me recordaste:
Que el respeto no puede faltar en ambas direcciones…
Que debemos protegernos y cuidar los unos de los otros…
Que las cosas acontecen de este modo y no de otro por algún motivo, aunque aún no pudiera comprenderlo…
Que sarna con gusto no pica… ;)

Tú me ayudaste:
A mostrarme más valiente y positiva de lo que me creía capaz de ser…
A ser más consecuente con mis actos y más constructiva en mis autoevaluaciones, con tu carita de indulgencia…

Y todo esto ocurrió mientras vivías y no a causa de tu muerte, Nala. Uno puede ser lo que quiera ser. Y yo quiero ser más feliz si cabe! Y cabe! Y puedo!
Gracias purruchuna! La Plisca!! Mi Nalita…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre te llevaré en el alma Nalita.. y a la mama tmb.