lunes, 16 de febrero de 2009

Pero vamos, que si es que no... pues no.

Te sigo pensando cada día. Y sé que del mismo modo tú me llevas contigo. Echo de menos tu sensibilidad a mi lado. Y para serte franca, tengo sentimientos de posesión hacia ti: quisiera tenerte cerca cada día, poder llamarte, reírnos, discutir un rato… pero afortunadamente para ti soy de buen conformar. Si jamás volviera a verte sería igual de feliz, y esa es una sensación agradable.

Guardo todas tus fotografías, las que no me dejaste hacerte… Las evoco en algunas de mis noches para recordar cómo es la perfección de nuestra sincronía… el horizonte de tus hombros contra el albor de la luz anaranjada de mi habitación… la misma luz dorada que ha esbozado cada vez los contornos de tu cuerpo a mi lado, devolviendo duplicada su intensidad en las gotas de sudor sobre tu piel… el mismo reflejo cálido que cada noche reivindica tu presencia y a la que yo me sumo con la nostalgia de lo vivido…

Añoro el acaecer de nuestros paréntesis, cuando en el salón comenzamos nuestro tímido acercamiento, entrelazando nuestras manos, curioseándonos, encendiendo los cinco sentidos preparados para almacenar recuerdos… a sabiendas de que tal vez, no se repita más… te huelo… no, te esnifo! quisiera absorberte, que pasaras al torrente de sangre que corre por mis venas, como el que bebe el dulce veneno que sabe que va a parar su corazón… Yo también lo sé… más no me hubiera importado…

Entré en los yacimientos de tu alma, atravesé los diferentes estratos, hallé la gran veta, y ahora me pides que salga dinamitando y sin bandera… Para qué, X? dime… para qué? ¿Solo para vivir una vida normal sin más relevancia, soportando las diferentes lacras de nuestra sociedad, tener un piso, una bonita moto, bailar un rato, y pelearte con tus demonios con nocturnidad y alevosía?

Prefiero sentarme a imaginar que llega el momento en el que te absuelves de tu auto impuesta sentencia de culpabilidad, y vienes a mi lado a abrir un nuevo paréntesis de cierre indefinido, en el que tu poción exalta mi corazón en vez de pararlo… y terminamos como siempre exhaustos en cualquier rincón de la vida, con la sensación de que es esto, simplemente, lo que veníamos a hacer…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cualquier hombre sensato que pudiera entender lo que escribes, no dudaria en abrir ese parentesis contigo.

Ura dijo...

Pues vaya! muchas gracias por tu comentario sr. Y.

No sé si el mundo estará falto de sensatez, lo que si sé es que en esos momentos de mi vida tampoco puedo mirar hacia donde haya algo que ver... paradojas de la vida...

Saludos!
Ura.